jueves, 2 de febrero de 2017

Reflexión: mi práctica cooperativa

Aunque he leído varios documentos divulgativos sobre Aprendizaje Cooperativo, apenas he puesto en práctica las posibilidades de esta metodología.

En este curso he comenzado con la metodología CLIL o AICLE en un centro que me da la oportunidad de trabajar sin libros, lo cual me permite poner en práctica aquello que he ido aprendiendo en este tiempo. Para mí en la actualidad, uno de los objetivos primordiales es que los alumnos aprendan a leer y escribir en español y después en inglés, por lo que desde mis materias en inglés colaboro con esta idea poquito a poco para que los alumnos no se confundan y quitarles poco a poco el miedo a leer y escribir en una lengua que no se parece a la suya. En ocasiones, hay actividades que me permiten un aprendizaje colaborativo en tanto en cuanto, los estudiantes tienen que obtener una información de la que carecen pero que algunos de sus compañeros sí poseen para que puedan obtener los contenidos a trabajar. De momento, los alumnos comparten esta información relacionándose por parejas, pero más adelante, cuando la lectura y escritura esté más afianzada podremos trabajar en grupo.

En el curso pasado, sin embargo, trabajaba con alumnos de 6º en un colegio ordinario. Con ellos, la organización de la clase era de aprendizaje colaborativo, pudimos realizar algunas actividades sistemáticamente en cada unidad aplicando algunas de las técnicas del como la de "lapices al centro" o  "1-2-4".

Mi experiencia me dice que a los alumnos les gusta compartir e interactuar. En general, ayudarse y colaborar, sentir que son capaces de explicarse y transmitir ideas es muy motivador para ellos. Ayuda a fomentar lazos entre los estudiantes y les enseña a resolver conflictos de forma pacífica. Creo que la sociedad demanda colaboración y entendimiento y tenemos que enseñarles a los chavales como comprenderse y respetarse los unos a los otros, cada uno con sus cualidades.

La gran dificultad con la que me encuentro (y creo que no seré la única) es la de que a nosotros nadie nos ha enseñado eso, somos unos cuantos los que vamos tirando del carro de la colaboración en los centros en los que aún hay mucha gente (y la edad es indiferente) que entiende el trabajo de manera individual, incluso competitiva. Si no somos nosotros capaces de trabajar en equipo, dudo mucho que seamos capaces de enseñarlo.

Por fortuna, están este tipo de oportunidades como los MOOC de Intef para poder practicar un poco. ¡Vamos a por ello!

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